Viernes 23 de Mayo de 2025

12a. EXPEDICIÓN CAMINO REAL

Fecha: 20/05/2025
Hora: 10:06 hrs.

¡Feliz Día Mundial del Médico de Familia y Comunidad, queridos amigos Facebookianos!

Ayer a las 9:25 AM regresé al antiguo puente del camino real de Veracruz a México sobre el arroyo de Río Medio y enseguida emprendí la marcha por las cuadras restantes de la calle Camino Real, sin hallar contratiempo alguno a pesar de ser una zona con fama de peligrosa.

Hoy las condiciones climáticas fueron de temperatura de 30 grados centigrados, cielo despejado con sensación térmica de 33 grados. El viento de 14 km/h desde el sur y sureste, con fluctuaciones entre 37 y 29 grados. Un día más ligeramente más caluroso que ayer aunque refrescado con un viento más fuerte. Hay amenaza de un temperaturas más altas o de un frente frío entrando en dos días. No obstante, desde hace más de una década estoy muy acostumbrado a que mis expediciones se desarrollen con las probabilidades en contra por el clima y la inseguridad en las calles y carreteras.

Pero con la guía de Dios nuestro Señor, la experiencia adquirida en años como explorador y una buena dosis de sentido común, siempre he conseguido llegar a la meta. No es la primera vez que realizo una expedición totalmente sólo y a lo largo de cientos de kilómetros y es en estas ocasiones cuando de una persona debe brillar la mejor versión de sí mismo, controlar sus temores y asimilar los obstáculos como pruebas. Mismas que al ser superadas darán mayores capacidades, madurez y sabiduría a su portador.

Aligeré mi mochila lo más posible para dar espacio a doble ración de agua, pues el tramo de 9.72 kilómetros hasta el centro de Santa Fe en más de la mitad es carretera, pues después del área de la gigantesca fábrica de TAMSA, el camino real se despliega por un territorio deshabitado y de igual pésima reputación desde hace muchos años.

A buen paso y con actitud serena, a las 10:38 AM llegué frente al arroyo de Río Grande y el viejo puente de arco -al parecer construido durante el Porfiriato (1876-1911)- que se localiza a unos 32 metros frente al puente de la carretera del Bulevar Portuario. Aunque ya lo había notado en anteriores expediciones, el sendero del camino real desde las afueras la colonia Oasis hasta el Río Grande, ha quedado dentro de propiedad particular pero puede seguirse en paralelo desde arriba del terraplén. Se están haciendo construcciones además y ojalá respeten el trazo de este sendero lleno de la historia de México.

El puente de Río Grande se halla totalmente invadido por la maleza y no hubiera servido bajar hasta él. Con la bendición de que el viento fresco aumentó su velocidad, a las 11:20 AM llegué a la desviación hacia Santa Fe y 26 minutos más tarde a donde este tramo lleno de neumáticos abandonados se une con el camino real y el sendero al cementerio de Santa Fe.

Ahí bajo la refrescante sombra de unos árboles de Palo Mulato tomé un descanso de 15 minutos, gozando del viento y los sonidos de la carretera. Fue un momento maravilloso pues no fui interrumpido por vehículos o personas.

Hubo poco que catalogar pues después de unos kilómetros deshabitados, aparecen pequeñas fábricas y bodegas, siendo muy común encontrarse con vehículos de carga pesada, vendedores y con jornaleros que machete en mano o a la cintura, caminan buscando trabajo o regresar a sus casas. Igual encuentro a gente que me saluda y les correspondo con alegría y confianza, tratándolos como a iguales, pues mi apariencia no les es extraña, cosa que en cambio, sí sucede en las ciudades.

Después de cruzar la vía del Ferrocarril Interoceánico, encuentro una alcantarilla de piedra y la geoposiciono, además de hacer el registro fotográfico. Hacia las 12:30 PM el calor aumenta a 35 grados y me imagino estar saboreando una deliciosa nieve de sabores, típicas de mi amada ciudad de Veracruz. Y Dios nuestro Señor no solo me cuida bien sino que a veces cumple mis caprichos y unos minutos más tarde, aparece un vendedor de nieves en medio del camino real. Cinco minutos después sigo mi marcha feliz a más no poder con un vaso de nieve sabor guanábana y limón en la mano.

Me detengo a saborearla y soy testigo de lo que parece un incendio o quema de algo en una de las instalaciones que acabo de pasar, pues una muy negra y espesa columna de humo se proyecta hacia el cielo azul.

Así llego al área que pertenecía a la hacienda de Santa Fe, fundada en el siglo XVIII por el conde de Calimaya, comprada por el ayuntamiento de Veracruz para dar tierras a los jarochos campesinos en una incipiente reforma agraria aún dentro del virreinato de la Nueva España y durante varios años del siglo XIX fue también propiedad del presidente y general Antonio López de Santa Anna.

Actualmente ya no quedan vestigios del edificio principal y se ha perdido su memoria en la población. Solo queda junto a la vía del ferrocarril, una gran mojonera cilíndrica de piedra rematada en punta y frente a ella un gran patio de trailers con sus muros de mampostería de piedra.

Después de anexarla al catálogo, me detengo a almorzar en una casa de madera llamada Comedor May, que encuentro muy fresca por un ventilador enorme. Pido huevos con jamón, salchichas y tocino con frijoled y tortillas. Más que suficiente para terminar la jornada.

A la 1:34 PM cruzo la carretera en donde hay 4 filas de pilotes de un enorme puente que desde hace muchos años no se ha construido sobre ellos. Después comienza la parte poblada de Santa Fe, con el camino real flanqueado por casas y negocios pequeños a la derecha y la vía ferroviaria con vagones dd carga a la izquierda.

Un enorme y vistoso árbol de guayacán me recibe con sus flores amarillas y descanso unos minutos bajo la sombra de varios árboles que cruzan sus follajes en medio de la calle.

A la 1:49 PM llegó por fin a la meta del segundo día de la expedición: la tienda OXXO de Santa Fe, desde donde mañana continuaré caminando unos 9.91 kilómetros hasta el hotel de Puente Jula a orillas del camino real reconvertido en la carretera 140, ya en el segundo de los tercero de los trece municipios que aparecen en mi mapa de ruta.

El día de hoy fue exitoso sin nada que lamentar y lo disfruté muchísimo a pesar del gran calor, el territorio deshabilitado y la soledad del camino. Además de cargar doble provisión de agua, me ha ayudado mucho incorporar a mi equipo un silbato especial que incorpora también linterna LED, brújula y un termómetro, lo que me ayuda a ir registrando las variaciones de temperatura en la sombra, al descubierto y sobre la marcha.

Y también una cantimplora de 800 ml de capacidad, similar a las usadas por el ejército de China, que permite conservar fresca el agua aunque el exterior se caliente por los rayos del Sol. Con lo avanzado hoy, he cubierto 21.62 de los 212.59 kilómetros que contempla mi itinerario general.

Por razones de tiempo solo les comparto estas breves reseñas de cada día de la expedición, pero finalizando esta, ya tendré tiempo para escribir la crónica muy detallada con datos de historia, geografía, arquitectura, meteorología, etcétera. Ya tenemos el interés de alguien para que esta aventura se publique en libro, esperemos se logre esta vez.

Cuídense mucho y que tengan muy feliz y fresca noche de primavera.

¡Benditos sean todos!



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