La estadía de tres días por el solar veracruzano de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo marcó agenda en los temas públicos, gubernamentales… y políticos en tiempos electorales.
Fue un mensaje clarísimo a los adversarios internos de la presienta, fue un espaldarazo visible, público y publicitado, una lectura de advertencia a los enemigos externos de la gobernadora veracruzana Norma Rocío Nahle García.
Más allá de lo programado en la agenda, se lee una alianza de facto entre la presidenta, quien tiene como escudera favorita a la gobernadora veracruzana, sobre todo porque tienen enemigos en común, lo que fortalece la sororidad en el poder político.
Es tiempo de mujeres, se dijo hasta el cansancio este fin de semana.
En ritual heredado por el hacedor del movimiento de cuarta transformación de levantarse del escritorio los fines de semana, yendo al territorio en maniobra de lubricación del ideario político, la doctora Sheinbaum ofreció desde la pensión para Mujeres Bienestar –iniciativa que elevará a rango constitucional- para que todas las mujeres de 60 a 64 años reciban una pensión por la labor de madres y cuidadoras que realizan en el ámbito doméstico.
Si entreveramos los apoyos sociales con la fiebre electoral que vive el estado de Veracruz, donde una mayoría contabilizada en 3 millones 197 mil 592 mujeres de una lista nominal de 6 millones 047 mil 550 ciudadanos inscritos en el padrón de potenciales electores en la elección venidera del domingo 1 de junio, se entiende el anuncio –hecho en Tihuatlán- de ensanchar la dadiva económica para las mujeres indígenas, campesinas y cuidadoras del hogar.
Ahí, en el norte veracruzano, la presidenta adelantó que en esta iniciativa estarán el programa para mujeres de entre los 60 y 64 años de edad, la beca Rita Cetina y el programa Salud casa por casa para adultos de la tercera edad y personas con alguna discapacidad.
Una batería de apoyos, constantes y sonantes que la oposición sólo alcanzará a replicar con denuestos, descalificaciones y guerra sucia, en intentos desesperados por no ser aplastados por la cuatrote.
Ya en el mensaje político a la plebe, a la base social, pero también dirigido el misil a The Inner Circle (película El círculo del poder), Claudia Sheinbaum dio un espaldarazo a Norma Rocío Nahle, luego que la gobernadora veracruzana reaccionara al cobijo de Adán Augusto López a Miguel Ángel Yunes Márquez, por quien maniobró para que el senador 86 de Morena y aliados se hiciera con la Comisión de Hacienda en el Senado de la Republica.
El mismo viernes 14 de febrero, en cruda paradoja política del día del amor y la amista, a unas horas del aterrizaje de la presidenta en el aeropuerto Heriberto Jara Corona, crisol de jaloneos por las fotos y los abrazos en la sucesión municipal donde la balanza se inclinó en pompa y circunstancia hacia Rosa María Hernández Espejo como la más aventajada para ser candidata de MORENA-PVEM a la alcaldía por el Puerto de Veracruz, la goberNahle –Salvador Muñoz dixit- e respondía al pastor moreno en la cámara alta:
“Adán (Augusto López Hernández) que siga abrazando lo que quiera, allá él, Morena se lo demandará. El propio Movimiento sabe diferenciar entre los distintos liderazgos, el ‘quién es quién en la congruencia”, dijo Nahle en su estilo directo, sin ambages, maquillajes, barnices, ni recursos estilísticos rebuscados en el lenguaje.
Al pan, pan, al vino, vino, se decía desde los tiempos de Martin Lutero, Ulrico Zuinglio e Ítalo Calvino.
El espaldarazo a Nahle, en este juego de quien es quien en el poder, de quienes lo detentan y ejercen y quienes lo anhelan conseguirlo en aquelarres inconfesables, vino del discurso presidencial.
En el segundo día de la gira, el sábado 15, desde Gutiérrez Zamora, la jefa del ejecutivo dijo que Nahle es “una gran gobernadora, trabajadora, capaz, inteligente, incansable”.
Y el domingo, en Tihuatlán reconoció a la gobernadora veracruzana como constructora de la refinería Olmeca, pero también remachó su visión de la gobernadora veracruzana como “una gran mujer, trabajadora, incansable, inteligente y estoy segura que vamos a hacer muchas cosas juntas por este bello estado de Veracruz”.
Mejor, imposible.
Volvió Sheinbaum a la agenda empedrada por la vecindad incomoda con Donald Trump.
Dejó la impronta en el solar veracruzano que su aliada principal de genero se llama Norma Rocío Nahle García, gobernadora.
Luego de esa exhibición de musculo, en una gira redonda, sin desperdicio, hubo una exhibición del musculo político.
Nahle quedó fortalecida con los anuncios, entre ellos, que se asfaltarán las agrietadas, dinamitadas carreteras veracruzanas y la inversión de 20 mil millones de pesos a la petroquímica asentada en el sur profundo.
Una exhibición de poder que seguramente tendrá respuesta popular en las urnas el venidero domingo 1 de junio, en el feed back del amor con amor se paga.
… del mismo costal.
En el ejercicio político no existen las casualidades, nada es improvisado, todo obedece a las filias y fobias que las mujeres en el poder emanan como efluvios de perfume francés, se vivió una situación en el recibimiento de la presidenta Sheinbaum en el aeropuerto internacional Heriberto Jara Corona.
El aplausómetro en este ring temporal que fue la sala de espera de la terminal aérea el viernes 14 de febrero, se lo llevó Rosa María Hernández Espejo, diputada federal registrada en la plataforma morenista en la encuesta de selección a la candidatura por la presidencia municipal del Puerto de Veracruz.
Las lecturas emanadas del aforismo reyesherolista de que en política la forma es fondo, indican que el termómetro aplicado en el territorio, arroja una buena lectura al caminar de la comunicóloga y abogada Rosa María Hernández Espejo.
“No es lo mismo pedir la selfi, que ser invitada a la foto oficial”, escribió en su columna En la mira, el periodista Silverio Quevedo Elox, en abierta connotación del mensaje que se envió en la fotografía donde la aspirante aparece al lado de la gobernadora Norma Rocío Nahle y la presidenta Claudia Sheinbaum.
Quien se mueve, no sale en las fotos, solía decir con picaresca aderezada con verdad política Fidel Velásquez, cuando era dueño de la CTM.
El mensaje debió ser leído por alguien que hasta hace cuatro meses era priista y ahora usa capa verde, en intento de disfrazar su origen.
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