Miércoles 29 de Enero de 2025
|
|
|
Déjà vu: La CEAPP y el “portense bien” de Duarte Por Mar Morales Fecha: 27/01/2025 Hora: 10:28 hrs. En junio de 2015 Javier Duarte, ex gobernador de Veracruz y preso desde 2017 en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México por lavado de dinero y asociación delictuosa, se reunió con los reporteros y dueños de medios de comunicación para advertirles que se “venían tiempos difíciles” y que sabía que algunos de los comunicadores estaban “coludidos con el hampa” y andaban en malos pasos. Los asistentes a la comida con Javidú no salían del asombro. Los llamó para regañarlos, advertirles u ordenarles que fueran niños y niñas buenas, porque si algo les pasaba iban a sufrir sus familias y de pilón, sufriría él también. “Se lo digo a ustedes, por su familia, pero también por la mía, porque si algo les pasa a ustedes a mí me crucifican todos (sic). Pórtense bien, todos sabemos quiénes andan en malos pasos” ( Javier Duarte, 2015) Diez años después, en 2025, también en Veracruz, la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas (CEAPP) lanzó un comunicado en el cual solicitaba a los periodistas del estado “llevar a cabo un comportamiento ético y profesional en su vida pública y privada, y contribuir a la paz social de la entidad”. El mensaje iba dirigido a una comunicadora de la ciudad de Poza Rica que está dentro del protocolo de protección federal y que en días pasados fuera perseguida en su vehículo por unos sujetos que le quisieron cerrar el paso, a lo que uno de sus escoltas respondió con un disparo al aire. A los integrantes de la CEAPP esto les pareció escandaloso o vaya usted a saber qué les molestó, pero en su boletín aseguran que la presunta agresión nada tenía que ver con el ejercicio de la profesión de la afectada, por lo que pidieron al gremio periodístico que tengan un “buen comportamiento”. Te lo digo Juan, para que lo entiendas Pedro, pues. Planteado este episodio, como a la fecha lo conocemos, el escolta accionó el arma para salvaguardar la integridad de la periodista, no hubo heridos, ni muertos, ni daños. Hizo su trabajo e impidió que el asunto pasara a mayores. ¿Que nada tenía que ver con la protección de la comunicadora? No sabemos, y quizá el escolta tampoco sabía. ¿Se tenía que detener el vehículo para preguntar si la iban a atacar? Absurdo. Más absurdo que se le amedrente o regañe a la mujer por cuidar su vida. En enero del año pasado, 2024 hubo otro episodio en el que reporteros del Diario Presente se vieron involucrados junto a sus escoltas, pero ahí la bala sí dañó un vehículo y había que reparar el daño. Los reporteros fueron detenidos junto con los agentes federales que los cuidaban mientras hacían una transmisión en vivo en un centro comercial. Traigo a la mesa el caso porque algunos despistados pensaban que se trataba del mismo suceso; pero son dos casos distintos. Sería todavía más grave que la CEAPP emitiera un comunicado un año después, si ya de por sí esto es preocupante. Cuando un periodista es atacado, amenazado, levantado o sufre un atentado en su contra, su vida nunca vuelve a ser la misma. Si te amenazan, difícilmente “des-amenazan” y si lo hacen ya no les crees, mucho menos te confías. La autoridad mucho menos debe desestimar una amenaza o tirarse en la hamaca. El comunicador o la comunicadora que ha sufrido violencia vive en alerta permanente y sus acosadores o quienes quisieron causarles daño están al acecho, quizá ocultos, quizá esperando un descuido para atacar, aunque hayan pasado los años. El que es malo no se vuelve bueno por arte de magia ¿o sí? Menos cuando se trata de querer agredir a una persona cuya profesión es pública, conocida o incómoda para algún sector de la población. Revictimizar a una comunicadora no se vale. ¿A qué hora las disculpas de la CEAPP? ¿Del gobierno del estado? Estamos en momentos muy críticos para ejercer nuestra profesión. Ahí mismo, en Poza Rica, el pasado 22 de enero fue levantado por un comando armado Alan García Zúñiga, reportero que estaba bajo el protocolo de protección federal desde 2017, cuando fue atacado a balazos. Al momento no se sabe nada de él. Y repito: estaba protegido por el mecanismo federal. En este mes, enero, han sido asesinados dos comunicadores: el último fue Alejandro Gallegos, cuyo cuerpo se localizó el pasado sábado 25 en Tabasco tras ser reportado como desaparecido. El otro periodista asesinado fue Calletano de Jesús Guerrero, en el Estado de México. El panorama no pinta nada bien para quienes nos dedicamos a este oficio y encima, quienes nos deben cuidar, nos tratan como menores de edad e irresponsables, pidiendo que nos portemos bien en lugar de protegernos. En algo tenía razón el pillo de Duarte: se vinieron tiempos difíciles. ¿Quién podrá defendernos? |
|
Todos los Derechos Reservados - Razón de Veracruz 2008 - 2025
|